Manel y Charo

así les llaman, pero solo Marc y yo tenemos el privilegio de saborearlos en muchos momentos y llamarlos Papa y Mama.
En este articulo podría escribir muchísimas paginas ya que al tratar de escribir de ellos son miles de gestos y expresiones de cariño que me inundan, pero tratare de ser resumida y concreta con tal de que os hagáis una idea general de ellos.
La primera virtud que les engloba es el grandísimo amor que tienen por nosotros, como se han desvivido siempre para que tuviéramos los mejor aunque esto significarse abstenerse de cosas que a ellos les gusten. Como han mirado siempre por nosotros y han velado por nuestro bienestar no solo físico sino también emocional y espiritual. Es sorprendente lo grande que son… en muchas veces los veo como a Superman y a Superwoman.
Recuerdo con especial cariño muchísimos detalles originales de ellos para nosotros… cuando éramos pequeños los lunes mi padre tenía fiesta y hacíamos campana en el cole para irnos los cuatro a la montaña de excursión y comer encima de la manta de cuadros roja. Cuando mi madre se inventaba cuentos chulísimos y súper largos para que nos quedáramos dormidos en la siesta. Cuando hacíamos casitas de papel con mi padre. Cuando mi madre nos preparaba comidas de fantasía… por ejemplo puré de patatas con kétchup y le hacia una forma. Cuando nos daban la paga del domingo. Cuando jugábamos al memory, al oh momy o al tetris y hacíamos campeonatos. Cuando mi padre nos hacia cosquillas en la cama. Cuando compraban un tortel de nata los domingos para comer. Cuando volvimos de un campamento de verano y nos esperaron con una autocaravana para irnos de vacaciones. Cuando mi padre dice en la piscina: Sóc el pop! O cuando hacía del oso yogui. Cuando mi padre dice: chata voy a comprar alguna cosa… y aparece a casa con un jamón y muchas otras cosas súper buenas. Cuando mi madre hace el cambio del mes de alguna cosa de la casa. Cuando mi padre encendida temprano la chimenea para que cuando nos levantáramos estuviera calentita la casa. Cuando nos hemos ido un puente a Andorra. Cuando en muchísimas ocasiones nos han invitado a cenar a sitios geniales. Cuando mi madre hace tantísimas comidas que son flipantemente buenas y cuando nos enseñaba a cocinar. Cuando nos íbamos de excursión por La Sentiu con mi madre y la tribu de perros. Cuando yo tenía que entregar algún trabajo en clase e iba lenta escribiendo a máquina y mi padre me lo escribía. Cuando estudiaban juntos solfeo mi padre, mi madre y Marc y contaban miles de batallitas. Cuando viene un cumpleaños de los cuatro y siempre es especial. Cuando llega la navidad. Cuando en momentos muy difíciles para mi han estado a mi lado y al lado de Marc. Cuando su prioridad no ha sido lo que la gente piense sino nosotros. Cuando han cancelado cosas porque nosotros no estábamos bien. Cuando en muchísimas ocasiones se han sentado en mi cama antes de dormir y han estado hablando conmigo. Cuando mi madre se ha desesperado de verme probar ropa para al final ponerme la primera que me probé. Cuando nos han pedido perdón cuando se han equivocado. Cuando en muchísimas veces nos han dicho que nos quieren. Cuando han orado por nosotros en muchos momentos. Cuando se han puesto las pilas para estar en la honda de lo que vivimos. Cuando se han interesado por nuestros gustos. Cuando nos han llevado muchísimas veces al cine. Cuando han ido aceptando que estamos creciendo y nos han sabido amar en cada etapa y aceptar nuestra edad del pavo… podría seguir y seguir hasta llenar todo el blog.
Pero podría resumirlo en que en muchas ocasiones nos han dicho que nos quieren, en muchísimas ocasiones nos han demostrado que nos quieren… pero en toda mi vida he sentido su amor diario y desbordante por mí y por Marc.
Le doy muchísimas gracias a Dios por los padres que me dio, un día espero ser como ellos para mis hijos.